Al mexicano promedio le gusta que lo engañen, que se burlen de él, que le escupan en la cara, y encima pagar por ello.
Es sin duda un sujeto de estudio muy atractivo para la psicología patológica de un fenómeno llamado “folie à trois”.
Es creativo, con excelente sentido del humor, inocente, procrastinador, trabajador, desidioso y aguantador. Pero bastante mediocre, despreocupado e indiferente a los problemas sociales.
Alejado de la cultura lo más posible, católico hasta los huesos, y desinteresado por la buena lectura.
Decir que el promedio es ignorante, es un hecho, no un insulto. Si no, ¿cómo es que proliferan tantos programas de televisión que son poco más que una diarrea infecciosa sobre nuestras cabezas?
La prioridad del mexicano promedio es tener una pantalla plana con señal digital y esperar el fin de semana para emborracharse y evadir por un momento la aguda realidad que lo acecha todos los días de forma monótona y que lentamente lo va pudriendo desde las entrañas de su mente.
Pero no indagaré en la psique del mexicano, no esta vez. Hoy hablaré de un tema en concreto:
Gloria Trevi y la falta de vergüenza.
¿Ya olvidaron los noventa, su basura mediática
y las vejaciones del clan Trevi - Andrade?
Y no estoy hablando de darle su merecido, como podría ser derretirle la piel con un soplete de gas butano para después meterla a una tina llena de sosa caustica y ácido de batería. O atarle una soga al cuello a la defensa trasera de una 4x4, mientras vas de expedición a algún monte rocoso o atravesarla con un hierro incandescente por vía anal y sin lubricante.
Claro que no, no estoy sugiriendo nada de eso, aunque el castigo más sádico de saw, me parecería poco. Pero al menos podríamos / podrían los productores, editores, directores y gente del medio con un mínimo de vergüenza y sentido común, vetarla de la vida pública; que no tenga lugar en la sociedad como figura, como actriz, conductora, o que le hagan una puta película de su vida.
¿Una película?
¡No me jodas!
¡Por amor de dios!
¡¿Es en serio?!
Y apuesto mis testículos a que esa mierda va a ser un éxito en taquilla. Ya sea por morbo, curiosidad o simple e imbécil admiración.
Es que no me jodan, no puede ser posible que alguien con semejante currículum se le pueda hacer una película e incluso admirar y respetar.
México, no puedes agarrar ni un puto libro al año, pero si puedes aprenderte los nombres de los concursantes de un reality o una puta telenovela.
Sé que mi discurso suena muy trillado y fácilmente se podría confundir con el de un maldito pejezombie, pero quien me conozca, sabrá que no es el caso.
México, eres tan lineal y pasivo que este discurso ya debería estar obsoleto y extinto, sin embargo sigue tan vigente como las ladillas, el pulque y el pinche mal gusto de ponerle camarones a los platillos para que se vean gourmet.
Me dueles México, pero si quieres reír un poco, puedes hacer click aquí. :D
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