Pues eso, una vez me salió una.
Yo tendría unos 5 o 6 años, y una mañana después del desayuno, tomé del refrigerador un Danonino.
Me gustaba terminármelos de una sola cucharada bien retacada. Cosa que me fue imposible, ya que se notaba la presencia de algo atípico en mi yougurt de fresa.
En realidad parecía mas como un órgano de algo que alguna vez estuvo vivo. Era como un pedazo de filete de pescado, pero negro y según mis lagunas mentales, también tenía unas escamas o algo por el estilo.
De esto me percaté al dárselo a mi papá, quien rápidamente lo enjuagó en el fregatrastos para después botarlo a la basura.
Me volví al frigorífico y sin mayor preocupación tome otro. Me lo comí sin escrúpulos y fui muy feliz como hasta la fecha.
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